Fotografía y photoshop, una combinación de primera

Los años pasan y los humanos vamos encontrando nuevas maneras de hacer representaciones artísticas; incluso, podríamos decir que nuevas formas de arte. La tecnología ha hecho que muchas de estas representaciones ahora pasen por filtros informáticos, no es un secreto para nadie: el 3D, los retoques fotográficos, hologramas, efectos de sombras y luces… Son sólo unos ejemplos, y aunque todo esto tiene algunos detractores, que aducen que poco tiene que ver con el genio artístico y que lo hacen todo más artificial, el caso  es que cada vez se utilizan  más y de mejor forma; y al fin y al cabo, no todo el mundo tiene la suficiente habilidad para hacerlo bien.

Por eso, el caso de Arne Olav Gurvin Fredriksen no es sólo curioso, sino además sorprendente, y casi se podría decir que es el primero y único en su especie.  Con el sobrenombre artístico de Gyyporama, este ingeniero electrónico de origen noruego empezó en 2012 un hobby que poco imaginaba que lo iba a lanzar a la fama de la innovación artística: gracias a su afición a la fotografía y al Photoshop, ha creado híbridos de animales imposibles, casi como si estuvieran en un mundo de fantasía poblado de estos seres que podrían considerarse casi de ciencia-ficción.

Todo empezó como un juego. Fredriksen era muy aficionado a fotografiar animales en estado salvaje en su tiempo libre, algo que lo hacía desconectar de las largas hora de oficina que pasaba en el trabajo. Un día en que retocaba una de tantas fotos como tenía de ellos, se le ocurrió por diversión mezclar dos especies animales distintas, y al ver el resultado tan divertido y curioso, empezó a hacerlo sistemáticamente, llamando la atención de todos los familiares y conocidos con los que lo compartía.

Al principio, él mismo les ponía nombre, generalmente haciendo combinaciones curiosas de los de las especies en cuestión; pero desde hace un tiempo, cuando crea una de estas fantásticas criaturas en su ordenador, la sube  a su cuenta de Instagram, donde da la opción a sus seguidores de proponer cuál denominación les iría mejor. Se ha convertido en una auténtica revolución en esta red social, y gracias a su página web, podemos comprobar que a veces no hace falta elegir entre practicar un arte u otro: también pueden unirse y tener resultados maravillosos.