La televisión no puede considerarse un arte en sí misma, sino un medio de difusión audiovisual, aunque seguro que muchos de los que trabajan en ella, sobre todo los del plano creativo (guionistas, publicitarios, redactores… ) no opinan lo mismo que tú. Como cualquier manifestación artística, y justamente por ser una ventana al mundo de un compendio de ellas, ha tenido que evolucionar, y mucho , en su corta vida, tratando de sacar de todos los que los que forman este medio sus mejores ideas, para que el público no se encuentre con un contenido desfasado que no se adapta a su tipo de vida ni al acceso a la información que ahora se tiene.
Realmente, mantener viva la televisión ha sido todo un desafío y, aún así, no se puede decir que su supervivencia esté asegurada. Los canales privados se volvieron caros para los ciudadanos, los privados están en continua lucha por las audiencias, e internet acabó de darles la puntilla con su acceso a televisión online y a la carta. La TDT, la creación de webs para cada canal, la eliminación de la publicidad… Todos hemos vivido estos cambios, y realmente no hemos quedado totalmente satisfecho, hay cosas que echamos a faltar.
Sí, dicen que hay que mirar al futuro y no al pasado, pero la verdad es que uno echa de menos muchos contenidos que han desaparecido por completo. Por ejemplo, y mientras veía el otro día precisamente en la tele un programa donde se hablaba sobre el consumo de porno, han desaparecido del dial los espacios dedicados a la edad adulta, concretamente los que iban de sexualidad. Hace unos años, era totalmente normal encontrar contenidos «subidos de tono» en bastantes canales de televisión; hoy, es prácticamente imposible hacerlo, y no es que me esté refiriendo explícitamente a la pornografía. Sin embargo, recuerdo muy bien un renombrado programa en el que se debatían temas sexuales con la guía de un renombrado profesional, que tuvo bastante éxito en su época. ¿Por qué no siguió en emisión? De haberlo hecho, seguramente podrían haber explorado este asunto del porno, la facilidad con la que tenemos acceso a él, y sobre todo si realmente es un problema o es una cuestión exagerada por unos cuantos por razones totalmente particulares.
¿Sabes que es lo más extraño? Que el servicio que prestaba ese tipo de programas, sigue siendo necesario. Múltiples medios, como prensa, revistas y un montón de blogs en internet reciben a diario montones de consultas sobre sexualidad, y no se puede decir que el origen de las respuestas esté muy controlado. Sí, parece que el conocer el porno xxx de pe a pá no es precisamente sinónimo de ser un experto en sexo, e incluso el consumo de pornografía, como he dicho, resulta ser uno de esos temas. La gente a veces piensa que por ver muchos videos porno en la red se ha convertido en un experto o experta, capaz de seducir a cualquier pareja que se le antoje, y conocedor de múltiples trucos para ser un amante perfecto. Pero a veces, ese consumo de porno se nos va de las manos, nos hace imaginar que la sexualidad es de una manera, cuando en la realidad se demuestra que no es así. Y por otro lado, es muy común sentirse culpable cuando uno accede a cualquier tipo de pornografía, como si fuera algo tabú por mucho que sepamos que todo el mundo lo hace, aunque muchos lo nieguen; es una paradoja algo curiosa, la verdad.
Hemos dejado un medio tan universal, directo y conocido como es la tele sin poder intervenir en la vida de sus espectadores de una forma práctica y segura, aunque desde luego no es el único contenido que echaremos de menos. Obras de teatro, conciertos diarios, retransmisiones de deportes que no sean el bendito fútbol… todo eso lo hemos ido dejando en manos de canales de pago o temáticos, cuando en realidad era algo que debería estar al alcance de todos.